jueves, 6 de agosto de 2009

Maracaibo 8 de agosto 1998, 11 años de una gran victoria



Maureen Vergara y su entrenador Roger Farrell, Atlanta 96'


¡Han visto a Maureen!... era la pregunta que su servidor le hacia a cada uno de los atletas salvadoreños que abandonaban la villa centroamericana en los autobuses camino a sus compromisos. Son las seis de la mañana del ocho de agosto de 1998, primer día de competencia de la edición XXVIII de los Juegos deportivos Centro Americano y del Caribe celebrados en la tórrida ciudad deMaracaibo Venezuela. Mi presencia en dicho conclave deportivo como delegado de ciclismo no dejaba de preocuparme, tener la presión de mis responsabilidades al interior del equipo nacional, incluso ya afectaba mis tiempos de comida, sueño y nervios.

Aborde el auto bus que me traslado hasta la zona de Santa Rita, los 8.678 metros del puente General RafaelUrdaneta sobre el Lago de Maracaibo me parecen interminables, la grandiosa estructura es la vía que une el resto del país con el occidente zuliano. Llegue a la zona de meta, y presuroso busco a mi pupila, preocupado por no saber nada de Maureen desde la hora del desayuno, transpirando por el sol de las ocho y la humedad de la zona, finalmente la encontré.

Tranquilamente la Rubio de Oro, montada sobre su bicicleta, regresaba de reconocer el circuito en su totalidad, es por ello que a tempranas horas de la mañana Maureen Vergara se adelantaba a sus rivales, días atrás ya les había vencido, desde el sacrificio de sus estrenos, su disciplina y su valentía.

Llego la hora de la salida. Una a una las corredoras inician el camino. Mirepresentada en su calidad de campeona panamericano de contra reloj fue la ultima. Dolores Molina de Guatemala, Las cubanas MadelínJorge y JulierRodríguez, las mexicanos NancyContreras y Belén Guerrero, las venezolanasAnrossyParuta y María Carstens, corredoras colombianas yTicas, entre otras sucumbieron ante el demoledor paso de la corredora salvadoreña, quien jamás volteo la vista hacia atrás en los 20 kilómetros de recorrido, a las orillas de lago de Maracaibo. Roger Farell oriundo de Trinidad y Tobago fungió como entrenador personal de la ciclista cuzcatleca, dio las instrucciones vía radio.

Vigilantes de la progresión de su corredora, el experimentado entrenador, supo guiar a nuestra corredora al mejor promedio. Recuerdo claramente, con voz pausada y suave, le dictaba los márgenes de carga física en los diferentes tramos programados de esfuerzo. Así fueron llevando la carrera.

A falta de 2 kilómetros al arribo, Farrel cambio el tono amable y suave de su voz, ¡GO! ¡GO! ¡GO!, grito su entrenador, ahora sus palabras convertidas en truenos, exigieron al máximo el esfuerzo final deMaureen, nuestra dama escarlata tomo los manillar de su bicicleta “Klein” especialmente diseñada para contra reloj y derramo toda su energía sobre un ardiente asfalto, atrás de ella, en el vehículo mis ojos se clavaron en el tacómetro, ¡70 kilómetros por hora! fue la velocidad del embalaje final de Maureen.


Al cruzar la meta un fuerte aplauso adorno su llegada, hecho un manojo de nervios, giro mis ojos para ver aRoger Farell, quien me dijo en tono tranquilo y seguro… “Numero uno… somos los mejores”…rápidamente descendí del coche, al fondo de lejos, los gritos de ¡El Salvador! ¡El Salvador!, Sonaron como una suave canción al interior de mis sentidos.

Maurren Vergara Team Shaklee


La primera medalla en disputa de los juegos era nuestra. La misión estaba cumplida. Los cuarenta años de sequía de medallas desde Ana Mercedes Campos y el glorioso equipo de baloncesto de 1948 se habían acabado.


Corriendo me acerco a la celebración, Juan Rivas,Hernández Isussi, EnriqueMolins y otros salvadoreños celebraban ruidosamente. ¡Hijue puta!... ¡Hijue puta!, con lagrimas en los ojos, salio a mi paso el Ing. Enrique Molins presidente delINDES, quien me abrazo al tiempo que agradecía mi papel como delegado, ya que debido a mi gestión Maureen pudo utilizar todas sus bicicletas para este evento, que lo comenzamos a ganar desde la mesa del congreso técnico, cuando aprobaron el uso de velocípedos de alta tecnología en la edición XXVIIde los Juegos centroamericanos y del Caribe 1998, los juegos del sol.

Allí donde brillo el temple y el coraje de nuestros atletas. Al final de la justaMaureen Vergara se beneficio por el dopaje colectivo descubierto en el equipomexicano de ciclismo, la salvadoreña termino con dos medallas más de las previstas. Hace once largos años y como pasa el tiempo. Hoy en día,MaureenVergara vive alejada del bullicio y la algarabía de la dirigencia deportiva, perdida en el anonimato sin aspa vientos, ni gloria pasajera.


Solo quiero decirte amiga. Que a donde estés… Gracias Maureen Vergara por existir.

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