viernes, 24 de julio de 2009

Desde El pelotón: Acto de amor

Fue el 19 de julio de 2007, durante la etapa once del Tour de Francia, que se disputaba entre las mediterráneas ciudades de Marsella y Montpellier en la costa sur de Francia, como siempre millares de aficionados apostados a la orilla de la carretera, ciclistas, motos, algarabía, gritos, helicópteros, cámaras, etc. En fin, la edición 94 del Tour de Francia “rodaba”.

De pronto, aquel ambiente de fiesta que vivía el Tour se vio aturdido por una dramática escena, la imagen fue fatal, las cámaras captaron cuando un enorme perro de la raza "golden retriever" cruzaba desorientado la cinta asfáltica, lo que presagiaba una eminente caída debido a la lenta trayectoria del “can” y un grupo de 5 ciclistas que viajaban presuroso en calidad de “fugados”.

Cuatro de los jinetes escapados, sortearon el enorme obstáculo pero el aleman Marcus Burghardt del Team Telekon colisionó de frente con el perro y voló rumbo al pavimento. El ciclista se alzo rápidamente cambio la rueda delantera que salio afectada por el "encontronazo" y siguió en ruta. El perrito de la dolorosa escena, quien también fue tumbado, se levanto y rápidamente abandono los contornos de la carretera, lógicamente azorado por los gritos y maldiciones de los vecinos y espectadores.

Pero pocos días después el perro, se sumió en una terrible soledad y depresión, no ingirió alimentos de sus cuidadores y el Viejo perro finalmente murió. Nunca me dijeron el nombre exacto de aquel perro, que hoy es una leyenda urbana.

Pero lo cierto que el amor al ciclismo fue la culpa del exabrupto accionar de “Max” (como lo quiero llamar), fue porque su difunto dueño había sido uno de los mejores ciclistas de la zona de Montpellier, y el animalito esa tarde, al escuchar los alaridos y aquel ambiente familiar de las carreras, le recordó a su antiguo amo y asociándolo con los gritos y vivas de la gente “Max” creyó en su amor propio que su amo regresaba a casa y despistado salio en su búsqueda.

Dicen que el lazo entre un perro y su amo es el mas fiel que existe, que soportar las máximas presiones, amor, odio y enojos por parte de sus dueños, a cambio solamente de un poco de amor, un pedazo de pan o un plato de comida. Y es tanto el amor de un perro por su amo, que el sentimiento entre ambos traspasa el umbral de la vida, cuando al partir hacia el mas allá su amado dueño, el perro lo espera aun en el frió suelo de un triste hogar; he incluso hasta en la ultima morada y en el ultimo reposo de su amo en un campo santo, allí estará el perro echado pacientemente esperando la mano que lo acariciaba”.

Por eso, entre más conozco a la gente, mas quiero a mi perro.


Mas información en mi blog
http://5312turelacionpreferida.blogspot.com/

No hay comentarios: