Un ciclista de humilde cuna se ha colado entre la aristocracia del ciclismo Guatemalteco, como es el caso de Francisco De León, recuerdo el dia que “Rabadilla” llego al velódromo, en sus ojos brillaba aquella luz que ilumina a los de su clase, con poco recurso pero con un gran corazón.
Fue el entrenador nacional don Roberto Tolentino quien descubrió el talento de Francisco, y no solo lo descubrió, también le ayudo en lo personal y detecto que Francisco padecía de una lesión en una de sus rodillas que no le permitía desarrollarse en el alto rendimiento. De esta forma don Roberto apadrino al corredor, lo auxilio en su padecimiento el cual fue solucionado con tratamiento y cuidados médicos.
Y es aquí a donde surge el verdadero valor de un atleta, que no va a ser regalándole cascos, zapatos u otros artículos que aunque sean necesarios no son de primera utilidad; Porque es el trabajo con ahínco y visión a futuro (a largo plazo) como la perspectiva de Roberto Tolentino, y no los espejos (cascos, zapatos, uniformes, etc.) que vienen a regalar y a imponernos aquellos que quieren estar sobre la autoridad de la Federación Salvadoreña de Ciclismo y que buscan eclipsar a su dirigencia, aquellos que nunca ha desarrollado un corredor, si no es para llevarse a su bolsa el patrimonio de estos sin un claro propósito deportivo adjuntos a oscuros intereses económico.
Adelante Francisco De León, que aunque no ganemos el Tour Orbea 2009, ya metimos el primer golpe.
Manuel Rebollo
periodista deportivo
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