sábado, 18 de julio de 2009

El Salvador desde El Peloton

Sus calles internas adornadas de altas confieras engalanan el ambiente, sus jardines convertidos en cascadas multicolores, dan al visitante el ambiente de la frescura y la belleza natural, de la ciudad de las colinas, Santa Tecla. En el cementerio de la ciudad tiene algo poco común, reposando entre sus campos, hay cuatro personajes sobresalientes del ciclismo salvadoreño. Como formando un pelotón, Julio Patricio Merino, Edgar Smith, Manuel Cáceres, Carlos Rosales. Cada uno realizo grandes proezas, cada uno de ellos vivió diferentes etapas del ciclismo nacional, hoy en dia juntos reposan en el camposanto tecleño. Julio Patricio Merino héroe de mil batallas, gran corredor de la primera gran vuelta a El Salvador 1964, a donde integro las filas del equipo BANCAPI, completaron la planilla los corredores: Víctor Santos Villena, Elber Hernández y Nicolás Lemus. Murió atropellado en una calle de Santa Tecla. Edgar Smith, arrollado por un conductor no identificado, cuando entrenaba con el equipo nacional de ruta con miras a los V juegos centro americanos ha celebrarse en nuestro país, en 1994. El accidente ocurrió en las cercanías de ciudad Arce, cuando regresaba del tradicional paseo en bicicleta; Esquipulas – San Salvador. Manuel Cáceres, “El fantasma de Pinula”, falleció por causas naturales, tranquilo en su casa de habitación, en la antes llamada “ciudad de las Colinas”, y es el mas antiguo morador de dicho campo santo. Sus hazañas a lo largo y ancho del territorio centro americano, le merecen un gran recuerdo por su valor y fuerza; al combatir como un soldado del ciclismo. Y el ultimo que se marcho hacia esa estación del mas allá, fue el maestro de maestros, Don Carlos Rosales, de quien se derivan las mil y un historias. Dedicado a crear verdaderos ciclistas, don Carlitos desarrollo un sistema de enseñanza tradicional, basada en las cualidades propias de nuestros corredores, exigente y conservador. Don Carlos se las podías, de todas… ¡Todas!. Una de las últimas platicas sostenidas con Don Carlos Rosales, coincidíamos en la idea de impulsar la creación de un monumento al ciclismo nacional. La idea no era mala, pero por se de el, quizás por eso no se le tomo en cuenta. Ya hace varios años que el ciclismo salvadoreño extraña a todos estos personajes que un dia se sacrificaron, surcaron tierras extrañas, traspiraron el sudor de sus frentes por el simple hecho de llevar consigo la responsabilidad de ser corredor, y mas que eso salvadoreño. Como un homenaje a todos ellos: Edgar, Manuel, Julio don Carlos que su sacrificio sea recordó por las presentes generaciones porque todos los antes mencionados fueron y son un ejemplo ha seguir. Será posible que el alcalde de la ciudad de Santa Tecla, Lic. Oscar Ortiz, le cumpla el último deseo a don Carlitos Rosales, de erguir en ese municipio, un monumento al ciclista salvadoreño.. Yo sugiero un sitio significativo y simbólico de nuestros pedales, “El Palo de hule” a la salida de la ciudad de Santa Tecla.

Cortesia de Manuel Rebollo

No hay comentarios: